Cuando el calor aprieta en Canarias, cualquier playa es buena para refrescarse y dar unas brazadas. De arena negra, dorada o de callaos… ¡no será por falta de playas! Pero a veces nos volvemos ambiciosos, y no nos importa hacer una caminata, conducir por senderos polvorientos o prescindir de algunas comodidades, con el fin de disfrutar de un espectáculo natural sin aglomeraciones.
Playa de Papagayo (Lanzarote)
Es la playa más popular de Punta del Papagayo y una de las más espectaculares de Lanzarote. Se encuentra a tan sólo 15 minutos del núcleo turístico de Playa Blanca, pero para llegar hay que atravesar un camino de tierra con traqueteo constante, y pagar 3€ por vehículo, ya que supone el acceso a la zona protegida del Monumento Natural de Los Ajaches. El premio es disfrutar de una cala de aguas turquesas con forma de anfiteatro y una buena sesión de snorkel.

Playa del Esquinzo (Fuerteventura)
Lejos de las tranquilas y accesibles playas de Jandía, Esquinzo se presenta como una playa más salvaje y aislada en el norte de Fuerteventura, cercana al pueblo de El Cotillo. El sendero tiene una distancia de 2,5 km y discurre junto al acantilado, aunque también se puede acceder desde el norte y desde el sur. En esta playa poco frecuentada, la arena amarilla se combina con cantos gruesos y mucho oleaje, por lo que hay que tener cuidado al bañarse.

Playa del Bollullo (Tenerife)
Una de las playas favoritas del norte de Tenerife es la del Bollullo, situada a un paso de El Puerto de La Cruz pero dentro del municipio de La Orotava. Una buena opción es dejar el coche en la zona de El Rincón y descender a pie el sendero escalonado, de poco más de 1 km. Las vistas desde lo alto del acantilado hacen que merezca la pena. Una vez finalizado el recorrido, nada mejor que ponerse a remojo, pero hay que tener precaución con el oleaje y las corrientes.

Playa de Güigüi (Gran Canaria)
Una caminata más exigente es la que hay que realizar para llegar a la playa de Güigï, en el municipio grancanario de La Aldea de San Nicolás. Existen varios senderos, siendo el más corto el que parte del pueblo de Tasartico, con una duración de aproximadamente dos horas. Vale la pena introducirse en la Reserva Natural del mismo nombre y visitar esta solitaria playa de aguas tranquilas, desde donde es posible adivinar, en los días despejados, la vecina mole del Teide.

Playa de Las Conchas (La Graciosa)
Son muchos los que sostienen que Las Conchas es la playa más bonita de La Graciosa, con su amplio arenal blanquecino fundiéndose con el agua turquesa a los pies de Montaña Bermeja. Sus violentas olas no aconsejan el baño, pero es una delicia pasear por la orilla contemplando las vecinas Montaña Clara, Alegranza y Roque del Oeste. Claro que un paraíso así hay que ganárselo recorriendo a pie o en bicicleta los 5 km que separan la población de Caleta de Sebo de esta playa norteña.

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